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OPERATIVA DE VUELO

PROCEDIMIENTOS

La planificación de la operativa de vuelo es fundamental para prevenir riesgos, cumplir con las normativas vigentes y desarrollar la tarea de manera que no afecte a nadie. No menos importante, es gestionar una operativa de vuelo correcta y eficaz, conocer nuestras limitaciones y la de nuestro dron, cumplir con los requisitos de seguridad, y no exceder las restricciones aplicadas al vuelo. Para que un curso de piloto de drones sea eficaz, se deben seguir las siguientes instrucciones:

Operativa

Dentro de lo que denominamos operativa de vuelo, entran varios factores que no sólo se dan en el vuelo propiamente dicho, si no que se dan en tierra, antes, durante y con posterioridad al vuelo.

Un correcto y responsable operador de drones, debe haber planificado el vuelo antes siquiera de haber cargado las baterías a emplear. Una vez en el escenario previsto, debe de elegir el mejor lugar para el despegue de su aeronave, elegir el mejor lugar para establecer su RPS (Remote Pilot Station), delimitar el área de trabajo, desplegar el equipamiento necesario y previsto para el vuelo, observar nuevamente cualquier modificación del escenario elegido, prestar especial atención a los obstáculos y observar el estado del tiempo para estar tranquilo ante cualquier eventualidad.

En cuanto a nuestro dron, hay que corroborar la correcta instalación de todos los componentes, probar su funcionamiento y en función de las características, ver que todo esté listo para el vuelo.

Una vez en el aire, hay que atender con sumo cuidado el vuelo de nuestra aeronave, estar atentos en todo momento a cualquier tipo de falla, ya sea observando la aeronave o atendiendo los datos de telemetría y/o FPV. Cualquier indicio de falla, vuelo errático, pérdida de potencia o similar, debe ser atendido con las medidas de mitigación necesarias y de manera inmediata.

También hay que observar el estado de las baterías, no exigirlas al límite, cuidar de no perder comunicación entre el control remoto y la aeronave, etc.

Limitaciones y restricciones

Dentro de las limitaciones, tenemos el tipo y peso de la aeronave, las zonas de vuelo, el tráfico aéreo, la legislación vigente y los riesgos aplicados al vuelo.

Seguridad

En el tema seguridad, inciden varios factores como la planificación, la valoración y determinación de riesgos, las acciones a tomar para mitigarlos, la seguridad del piloto y la de terceras personas, la seguridad de la aeronave y del equipamiento empleado, el estado de salud de las personas involucradas en la tarea, el respeto por las áreas y lugares que no permiten el vuelo de drones, el respeto por la propiedad ajena y las personas, el cuidado del medio ambiente y cuidado y respeto por los animales y plantas.

 

Factores humanos

dentro de los errores y fallos más comunes, se encuentra en primer lugar el factor humano, y que esto se debe a que los operadores y/o pilotos, usualmente incurren en determinadas situaciones y comportamientos de vuelo que facilitan la generación de accidentes o comportamientos no deseados de la aeronave.
Si bien muchos equipos empleados hoy en día, evitan y/o corrigen estos comportamientos en la medida de lo posible, lo ideal es directamente no incurrir en ellos.
De aquí se desprenden varios puntos a tener en cuenta, como son la conciencia situacional, la carga de trabajo, el estado de salud, los errores y la buena comunicación.

Conciencia situacional

 

Ante toda tarea, es condición determinante tener una buena conciencia situacional, en el caso del vuelo de una aeronave, es más importante aún.
Esto se da por el simple hecho de que no sólo hay que tener en cuenta la situación en la que uno se encuentra, sino que también hay que estar conciente de la situación de la aeronave en movimiento.

No menos importante, es tener en cuenta a la gente que nos rodea, ya sea alrededor del piloto, como en las cercanías de la aeronave.

Carga de trabajo

Como en todo trabajo o tarea, el ser humano tiene límites de carga horaria, esto se rige en función de la tarea a desempeñar, los riesgos implicados, la tarea específica, etc.
En el caso de un piloto de aeronave no tripulada, hay que hacer especial énfasis en todo esto, ya que es fundamental estar descansado, con la mente despejada y en condiciones óptimas para poder desempeñar un vuelo correcto, seguro y en cumplimiento con todas las normas.

Estado de salud

Si bien aún no hay un examen de salud específico para un piloto de aeronaves no tripuladas, es coherente contar con el carné de salud básico de trabajo.
Este nos asegura que no padecemos de enfermedades o anomalías de salud, que puedan interferir o impedir, el correcto desempeño como piloto u operador de aeronaves no tripuladas, y nos brinda a su vez, la seguridad de que durante el vuelo, sean mínimos los riesgos de padecer cualquier clase de problema que deje la aeronave sin control.

También dentro de este punto, es obvio destacar que no es posible realizar vuelos estando deteriorados de salud, ya sea por enfermedades o accidentes, o estando en recuperación por diferentes motivos.

Errores y comunicación

Como todo ser humano, el piloto de aeronaves no tripuladas está proclive a cometer algún error en algún momento de la operativa de vuelo.
Para minimizar este riesgo, hay diversas acciones a llevar adelante, ya sea algo tan sencillo como no distraerse, a algo más complejo como entrenar y volar seguido la aeronave.

También se pueden llevar adelante procedimientos para mitigar posibles errores, como anotar las pautas de vuelo, ensayar previamente el recorrido previsto, utilizar checklist, no volar solo, estar atento a los factores externos a la aeronave, etc.
No menos importante, es mantener una buena comunicación entre el piloto y posibles acompañantes y/ ayudantes. A su vez, las vías de comunicación deben ser eficientes y claras, no dando lugar a dudas ni malas interpretaciones. Por ejemplo, algo tan sencillo como imprimir los checklist y planificaciones, y no escribir a mano, facilita la tarea y evita errores por parte de terceros.

 

Prevención de accidentes

Dentro de la prevención de accidentes, tenemos varios puntos a estudiar, ya que para prevenir y evitar accidentes hay que llevar adelante diversos procedimientos, tales como el estudio del medioambiente, la valoración de riesgos, la prevención propiamente dicha, procedimientos atenuantes y medidas a tomar en caso de emergencia.

Estudio del medioambiente

Dentro de la planificación de vuelo, habíamos visto que la zona de vuelo, los escenarios y los obstáculos, incidían firmemente en la determinación de riesgos.
Dentro de la seguridad también vimos que el cuidado y respeto por los animales y vegetación son muy importantes, como así también las plantaciones, cultivos y propiedad ajena.

Ahora, dentro del cuidado y respeto por el medio ambiente, veremos que es primordial entender, que existen lugares para la cría de aves, corredores de aves migratorias, pantanales y lagunas que son muy importantes para diversas especies, y que hay que respetar e intentar no alterar o interrumpir.
Así como hay lugares que son reservas de flora y fauna (y su acceso es restringido), también hay lugares que no son reservas pero deben ser cuidados y mantenidos de la misma manera, ya que la diversidad de especies es lo que mantiene sano un ecosistema y el medio ambiente.

A veces, los vuelos a escasa altura en estos lugares, interrumpen el normal desarrollo de la vida de las especies que allí residen, como así también el simple hecho de trasladarnos nosotros y nuestros equipos hasta esos lugares. Es fundamental estudiar e informarnos previamente, antes de asistir a estas zonas, ya que de esta manera, podremos reducir drásticamente el impacto sobre la flora y fauna autóctona del lugar. No menos importante, es mantener el lugar en las mismas condiciones en la que llegamos, sin dejar rastros de suciedad, desperdicios, y menos que menos baterías y/o algún otro contaminante.

Valoración de riesgos y prevención

La valoración de riesgos, va de la mano de la planificación y la operativa de vuelo, y saber captar y valorar los mismos, hace la diferencia en la implementación de procedimientos atenuantes.
Como vimos anteriormente, los riesgos pueden ser clasificados como intolerables, tolerables y aceptables, y la idea básica, es mantener los mismos dentro de lo aceptable.

Para poder lograr esto, hay que saber valorar los incidentes que podrían llegar a ocurrir en determinados escenarios, que probabilidades existen que ocurra algo inesperado durante el vuelo, que consecuencias tendrían y cómo podríamos solucionar (o en el peor de los casos), mitigar estas situaciones.
La prevención de estos riesgos, nos genera la seguridad y confianza necesarias para poder volar tranquilos, con la conciencia situacional enfocada en el vuelo y su operativa, y realizando las tareas planificadas. Dentro de la prevención podemos destacar acciones como no exigir las baterías, cargarlas adecuadamente, volar en condiciones normales, estar atentos a la aeronave y su telemetría, ser concientes de la geografía y el medioambiente, prestar atención a la tarea específica, recordar los principios básicos de la aerodinámica, conocer las debilidades de nuestra aeronave, estar al tanto de la meteorología, respetar los procedimientos aeronáuticos, cumplir con la legislación vigente, contar con botiquín de primeros auxilios, etc.

Procedimientos atenuantes

Son procedimientos específicos, para llevar a cabo ante un percance, una falla o un accidente, y nos permiten evitar problemas mayores a que si no los implementáramos.
Un claro ejemplo de este tipo de procedimientos, es estar atentos a una falla de batería en vuelo, caso en el cual una de las celdas de una batería de LiPo falla y la aeronave experimenta una fuerte pérdida de potencia y tiempo de vuelo. Si tenemos una conciencia situacional correcta, sabremos cual es el lugar más cercano y seguro para aterrizar nuestra aeronave, o en el caso de que se pueda, hacerla retornar al punto de partida. Otro ejemplo de esta clase de medidas, es cuando por motivos ajenos a nosotros, se pierde contacto entre el control remoto y la aeronave, si fuimos prevenidos, ya marcamos el RTH previamente, y en el mejor de los casos, intentaremos mejorar el contacto subiendo rápidamente a un punto más elevado, o intentando elevar la aeronave o disminuyendo su distancia entre ella y el control.

Medidas de emergencia

Una emergencia, acapara una multitud de hechos que pueden ser más o menos graves para nosotros, terceros o la aeronave en sí. Va en la prevención, la valoración de riesgos, la conciencia situacional, los procedimientos atenuantes y la seguridad del piloto, llevar a cabo medidas de emergencia para solventar estos incidentes. Si bien hay emergencias catastróficas como la falla total de una batería en vuelo, estas no son para nada usuales y aún así se pueden prevenir dentro de ciertos parámetros.

Un caso típico de emergencia, es cuando nuestra aeronave incurre en un “Fly away” (o deriva incontrolable), por la cual pareciera que no responde a nuestros mandos y el desenlace usualmente es el choque o pérdida. En estos casos se pueden llevar a cabo medidas de emergencia, como volar en modo manual, elevar la aeronave, intentar contrarrestar la deriva, descender lentamente, describir círculos o reaccionar más concretamente. Este tipo de fallas, usualmente se da por problemas en la interpretación de datos de la brújula, la IMU, o más sensores de la aeronave por parte de la controladora de vuelo.

Otro ejemplo de emergencia, ocurre cuando nuestra aeronave ingresa a una inversión térmica, siendo arrastrada si control por el viento de altura (el cual supera las características del equipo), o teniendo serias dificultades por turbulencias o cizalladura del viento.
En estos casos, medidas de emergencia como descender rápidamente, elevarse aún más, o en algunos casos alejar la aeronave rápidamente, mitigan rápidamente estas situaciones, salvando la aeronave y el vuelo.

También pueden ocurrir situaciones tales, que más allá de haber cumplido con la prevención y valoración de riesgos, se den aunque no hayamos cometido ningún error. Un caso puede ser que por más que hubiésemos prestado atención a la meteorología, se dé un cambio repentino en la dirección e intensidad del viento, impidiendo a nuestra aeronave retornar o peor aún, alejándola sin posibilidad de retorno.

En estos casos la planificación y la conciencia situacional juegan un gran papel, ya que si estudiamos previamente la zona de vuelo, sabremos donde poder descender nuestra aeronave de forma segura, para luego poder ir a recuperarla. En el mejor de los casos, también podremos corregir esta situación si tenemos claro a qué se debe el cambio en el viento, si es pasajero o no, y si cambiando de rumbo o altura, podemos salir de este problema.

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